El descubrimiento de la docencia musical
Gracias a todas estas experiencias, mi amor por la música fue cada vez más grande así que, al terminar el Grado Medio, decidí continuar con el Grado Superior en Zaragoza. Tocar el violín seguía fascinándome por lo que aprendí y disfruté mucho de toda la formación que recibí de orquesta, cámara, cuarteto, camerata… Allí también continué con mis estudios de piano permaneciendo en mí el interés por este instrumento. Cuando pensaba que mi trayectoria como profesional estaría plenamente encaminada hacia la interpretación, tuve la suerte de conocer el método Suzuki enfocado a la pedagogía y así surgió en mí la primera semilla de interés por la docencia.
Empezaron a llamarme mucho la atención los procesos de aprendizaje, las razones de un estudio eficaz, la resolución de incomodidades y dolores a la hora de tocar, cómo motivar y guiar a un alumno… Buscando más formas de ampliar mi formación pedagógica, conocí a Sergey Fatkulin (ex profesor en la escuela Reina Sofía), y entonces me enamoré completamente de la docencia, razón por la que decidí volver a Madrid y terminar mis estudios con él en el Centro Superior Katarina Gurska.
Desde entonces, me dedico plenamente a la pedagogía ya que es en este campo en donde siento mayor gratificación.