Filosofía de Sergey Fatkulin

Descubriendo los movimientos naturales de nuestro cuerpo y adaptándolos para tocar el violín.

Tal y como explico en el apartado de «Sobre mí», Sergey Fatkulin fue el maestro que me ayudó a enamorarme de la pedagogía del violín.

A pesar de que siempre he sentido una motivación muy grande por el violín, antes de conocer al maestro Fatkulin pensaba que, para poder tocar bien, había que estar concentrada en una postura determinada, que sólo una era la correcta y que sólo podía saberla si el profesor me la indicaba, que la clave para poder tocar un pasaje que me resultaba complicado residía en que el profesor me indicara cómo tenía que poner un dedo en el diapasón, que para dejar de tener dolores en alguno de mis músculos lo único que tenía que hacer era relajarlos y que lo más importante era la repetición: repetir, repetir y repetir hasta que saliera el pasaje.

método Sergey Fatkulin Las Rozas

Durante muchísimos años, yo sentía que, a pesar de dicha repetición, no mejoraba lo suficiente, como si al día siguiente de estudio ese pasaje estuviera prácticamente igual que el día anterior. Esto me provocaba mucha frustración y además venía acompañado de muchos dolores musculares. Eran tan habituales en mi cuerpo, que llegué a normalizarlos así que empecé a pensar que tocar el violín conllevaba irremediablemente sentir dolores en ciertas partes de mi cuerpo como la espalda, los hombros, las muñecas…

Guío al alumno para que pueda encontrar sus movimientos naturales a la hora de tocar el violín.

Clases de Violín Filosofía Sergey Fatkulin Las Rozas

Antes de mi primera clase con el maestro Fatkulin, estaba convencida de que sus clases estarían basadas en un método el cual había que seguir paso a paso para ir tocando cada vez mejor. Desde la primera clase, me di cuenta de que no era así ya que no hay un método concreto, su filosofía es mucho más interesante que un manual a seguir. Consiste en descubrir los movimientos naturales que hay en nuestro cuerpo y adaptarlos al violín. Esto implica que la función del profesor no es la de indicarle al alumno lo que tiene que hacer sino la de hacerle de guía, de acompañarle en la búsqueda de los movimientos que naturalmente el alumno ya puede hacer y ayudarle a desarrollarlos respetando su fisonomía.

La postura a la hora de tocar es un aspecto al que durante mis años de estudiante en los Conservatorios se le dio mucha importancia, como si hubiera una postura determinada que te permitiera tocar mejor. El maestro Fatkulin rompe totalmente con esta idea ya que su forma de enseñar se basa en que cada persona tiene una fisonomía determinada: un pulgar con más o menos flexibilidad, unas yemas más o menos gruesas, una mandíbula con una forma alargada o más cuadrada…

Todas estas características en una persona hacen que coja el violín de una forma o de otra, que sus dedos estén más o menos redondos en el diapasón, que a la hora de coger el arco su codo derecho quede más o menos alto… Esto implica que no hay una postura correcta ya que lo importante es que el alumno no persiga una imagen a la hora de tocar, sino que escuche a su propio cuerpo. La postura no debe ser la guía para el alumno, sino sus propias sensaciones. Por ejemplo, el dolor es la señal más clara de que un movimiento no está siendo correcto, aunque aparentemente pueda parecerlo porque la postura «es la que debe de ser».

Una de las principales funciones como profesora es la de guiar a mis alumnos a que encuentren el movimiento que les permita tocar sin dolor. Por medio de la observación, ayudo al alumno a que mueva un determinado músculo de tal forma que, mientras se respeta la naturaleza de su cuerpo, le capacita completamente para tocar un determinado pasaje. Esto implica que la postura resultante a un movimiento concreto no es relevante.

Otro aspecto fundamental que describe mucho su forma de enfocar la pedagogía es que la técnica y la musicalidad son inseparables, es decir, que cada movimiento tiene un sentido musical y nunca postural y meramente técnico. Esta manera de enseñar no sólo es compatible con la aplicación de los diferentes métodos que utilizo en mis clases sino que los enriquece enormemente.

tocar violín sin dolor

La pedagogía del violín siempre es interesante porque cada alumno es único

Redactando esta sección me he dado cuenta que plasmar con palabras la filosofía del maestro Fatkulin es imposible si se quiere transmitir completamente ya que es algo vivencial. Impartir clase enfocando la pedagogía tal y como me enseñó implica que sea una experiencia nueva en cada clase ya que cada alumno es único, con su propia forma de interpretar lo que intento transmitirle, con su fisonomía particular, con su temperamento, con su forma de encontrar la motivación y expresión a través de la música… Ese enfoque en donde cada alumno es único es lo que hace que sienta que la pedagogía sea algo profundo e interesante.